Josep Comas i Solá - Parte II

Programa 46 27/03/08 El astrónomo de vista prodigiosa Aquella noche de 1907, tras una campaña de observación centrada en los satélites de Júpiter: Io, Gamínedes y Calisto, Comas i Solá apunta su telescopio de 30 cm. al pequeño punto luminoso que orbita en torno a Saturno. En su publicación posterior de 1908 describe lo que observa aque

Astrovida

Josep Comas i Solá - Parte II

Programa 46 27/03/08

El astrónomo de vista prodigiosa

Aquella noche de 1907, tras una campaña de observación centrada en los satélites de Júpiter: Io, Gamínedes y Calisto, Comas i Solá apunta su telescopio de 30 cm. al pequeño punto luminoso que orbita en torno a Saturno. En su publicación posterior de 1908 describe lo que observa aquella noche:
“…he observado que el disco de Titán está oscurecido en su borde […], mientras que en la parte central, mucho más brillante, se ven dos zonas circulares más blancas […]. Podemos suponer razonablemente que el oscurecimiento de los bordes demuestra la existencia de una atmósfera fuertemente absorbente alrededor de Titán”
Titan, satélite saturnino

Efectivamente, la presencia de un “oscurecimiento hacia el borde”, como el que también se observa en el Sol, implica la existencia de una atmósfera. Por pura geometría, los rayos de luz que nos llegan del borde de un cuerpo con atmósfera atraviesan más capas de esta que los procedentes del centro del disco, y por tanto son más absorbidos, produciendo un oscurecimiento.

La presencia de esta atmósfera rodeando Titán no pudo ser corroborada hasta treinta y seis años después, cuando Gerad Kuiper, detectó metano gaseoso en el espectro del satélite de Saturno. Comas i Solá había muerto siete años antes.

¿Pero descubrió Comas i Solá la atmósfera de Titan? De hecho, dentro del mundo científico es Kuiper el descubridor oficial de dicha atmósfera, ya que existe un fuerte escepticismo sobre lo que realmente pudo ver Comás i Solá.
Gerard Kuiper
Gerard Kuiper

Aquella noche de agosto, el satélite de Saturno se encontraba a más de mil cuatrocientos treinta y cuatro millones de kilómetros de la Tierra. Su tamaño aparente en el cielo era el mismo que tendría una pelota de golf situada a más de quince kilómetros.

Aunque en su límite teórico el instrumento de Comas i Solá le permitiría haber resuelto alguna estructura de su disco, el efecto de la atmósfera terrestre convierte la imagen de Titán en una mancha borrosa y uniforme en la que sería muy difícil haber distinguido nada.

Incluso con telescopios de última generación, como el telescopio espacial Hubble, o empleando técnicas en tierra muy complejas, como la óptica adaptativa, o en las propias imágenes de la Voyager, es difícil observar la presencia de dicha atmósfera y menos de estructuras en esta, aunque el hecho es que existen…¡¡pero es que incluso hay que recurrir a longitudes de onda cercanas al infrarrojo para poder verlas desde Tierra!!

Imagenes del HST y dibujo de Comas i Sola
Dibujo original de Comás i Solá comparado con una imagen en infrarrojo del telescopio espacial Hubble

Pero hay algunas evidencias que pueden darle la razón a nuestro prodigio visual. Por un lado, un ojo bien adiestrado a la observación nocturna puede distinguir estructuras reales entre las distorsiones temporales que en la imagen provoca la atmósfera terrestre.

Pero sobre todo, en el mismo articulo Comas i Solá presenta también dibujos de Calisto, Gaminedes e Io (satélites de Júpiter) de igual complejidad y ¡¡absolutamente consistentes con la realidad!! incluso vio un aspecto achatado en Io. El pensó que era por la gravedad de Júpiter, lo cual no es cierto, pero si es cierto que los polos de Io son más oscuros que el resto, por lo que perfectamente pudiera haber parecido elíptico a los ojos sobrehumanos de nuestro protagonista.

En Ciencia nada es cierto hasta que se demuestra que lo es. Nadie ha podido reproducir en las mismas condiciones los resultados de Comás Sola, pero el 14 de enero de 2005 la sonda Huygens atravesó los 600 kilómetros de atmósfera que este astrónomo de vista prodigiosa vio o creyó ver en un pequeño punto alrededor de Saturno.

La sonda Huygens aterrizando sobre Titán
Vision artística de la sonda Huygens aterrizando sobre Titán

Pero no solo en astronomía destacó nuestro héroe. También realizo estudios y observaciones en sismología, vulcanismo y geología. Pero sobre todo Comas i Solá era un infatigable y apasionado divulgador de la Ciencia. Publicó más de 1200 artículos en la Vanguardia y en otros medios, y dirigió la revista de la Sociedad Astronómica de España y América

Publicó diversos libros, entre los cuales destacan: El cielo. Novísima astronomía ilustrada (1927) y Astronomía (1935); el primero de ellos sigue considerándose aún hoy en día como el mejor libro de astronomía escrito en España.

Novísima astronomía ilustrada y Astronomía
Astronomía (1935)
Realizó numerosas charlas en todo tipo de sociedades y centros. Atendía a los numerosos grupos de visitantes que pasaban por el observatorio Fabra personalmente. Era el anfitrión de una serie de excepcionales tertulias científicas que se realizaban en el Jardín de su casa…incluso, ¡¡tenia su propio programa semanal de astronomía en Radio Barcelona!!, en el que incluso llego a retransmitir en directo un eclipse de Sol…

Sus trabajos fueron en seguida apreciados en el extranjero, donde encontraron la mejor acogida, siendo publicados extensamente por las principales revistas de Astronomía y tomados en consideración y analizados por los más eminentes astrónomos, hasta que en 1895 la Sociedad Astronómica de Francia le otorgó el premio anual Janssen.

Jose Comas i Solá falleció el 2 de diciembre de 1937, víctima de una bronconeumonía. El hecho de que a su entierro asistieran varios millares de personas, con el presidente de la Generalitat de Cataluña, Lluís Companys a la cabeza, demuestra que era un hombre popular y muy querido. Actualmente hay un cráter con su nombre en Marte.
Villa Urania
Villa Urania