Descubierta una gema celeste escondida

El telescopio espacial de rayos X de la ESA, XMM-Newton, ha redescubierto una joya celeste ignorada. Programa 56 12/06/08 El objeto en cuestión es uno de los remanentes de supernova más brillantes y jóvenes de la Vía Láctea, el cadáver de una estrella que explotó hace unos 1000 años. Su forma, edad y composición química permitir

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Descubierta una gema celeste escondida

El telescopio espacial de rayos X de la ESA, XMM-Newton, ha redescubierto una joya celeste ignorada.

Programa 56 12/06/08

El objeto en cuestión es uno de los remanentes de supernova más brillantes y jóvenes de la Vía Láctea, el cadáver de una estrella que explotó hace unos 1000 años. Su forma, edad y composición química permitirán a los astrónomos comprender mejor las violentas maneras que algunas estrellas tienen de morir. La nube en expansión de residuos que cada una de estas explosiones deja tras de sí se conoce como remanente de supernova, y suelen brillar mucho en rayos X y ondas de radio. Generalmente estas remanentes tienen forma de burbujas en expansión o anillos.

Cuando los astrónomos tomaron las primeras imágenes de alta resolución en radio de un objeto celeste conocido como "G350.1-0.3" en la década de los 80, observaron una bolita irregular de gases que fue clasificada como una probable galaxia de fondo de la que pronto se olvidaron. Los nuevos datos del XMM-Newton nos demuestran que, a menudo, las apariencias engañan, ya que este objeto es realmente el resto de una estrella que explotó, a pesar de su forma poco habitual. De hecho, es uno de los restos de supernovas más brillantes y jóvenes encontrados en nuestra propia galaxia, La Vía Láctea.

Gema celeste G350.1-0.3
Resto de supernova G350.1-0.3 (izda) y la estrella de neutrones compañera (dcha)
Credits: ESA/ XMM-Newton/ EPIC (Gaensler et al.)


La extraña forma de este resto estelar puede explicarse gracias a un cúmulo denso de gas cercano situado a unos 15 000 AL de la Tierra. Esta nube gaseosa impidió el avance de la onda de choque debida a la explosión de la estrella distribuyéndola uniformemente en todas las direcciones, dando como resultado el extraño aspecto de la remanente. Esta gema celeste es increíblemente pequeña y joven, al menos en términos astronómicos. Tiene sólo 8 AL de diámetro y 1000 años de antigüedad. Las remanentes de supernovas muy jóvenes como esta suelen ser muy luminosas y permiten estudiar con mayor facilidad los elementos químicos pesados que se han formado en su seno.

Gracias a la sensibilidad del XMM-Newton y a la labor casi detectivesca desarrollada por los investigadores de la ESA este importante objeto celeste (G350.1-0.3) ha sido rescatado del olvido para siempre.